miércoles, 5 de enero de 2011

Sandro - Trigal




 Biografía

 Infancia

Nació el 19 de agosto de 1945 en la Maternidad Sardá, un hospital público ubicado en el barrio de Parque Patricios, de la ciudad de Buenos Aires. Sus padres vivían en Valentín Alsina (Lanús), un barrio suburbano de la zona sur del Gran Buenos Aires, próximo a su lugar de nacimiento, donde vivió su infancia y adolescencia.
Con el tiempo compraría una mansión ubicada en la zona residencial de Banfield, ciudad cercana a su lugar de origen, en la que habitó hasta su fallecimiento.
Fue hijo único de Vicente Sánchez e Irma Nydia Ocampo, ambos provenientes de familias de antigua presencia en el país. Su abuelo paterno era húngaro, de apellido Popadópulos, quien al migrar hacia España lo cambió al de Rivadullas; a raíz de ello, muchos años después le pondrían el apodo de Gitano.Al momento de nacer sus padres quisieron ponerle el nombre Sandro, pero no lo permitieron los funcionarios del Registro Civil donde debían registrarlo.
Hizo sus estudios primarios en la Escuela Nº 3 República de Brasil, en la calle Valentín Alsina 3018, de Valentín Alsina. Su pasión por la música nació desde niño. Como muchos otros adolescentes y preadolescentes argentinos, fue irresistiblemente atraído por Elvis Presley, desde sus inicios en 1955-1957, a quien comenzó a imitar en el último año de la escuela primaria. Muchos años después vería el show de su ídolo desde la primera fila del Boston Garden.
Su primera «actuación», que lo marcaría por el resto de su vida, fue el día de la independencia argentina, el 9 de julio de 1957, en el acto de su escuela, cuando su maestra de 6º grado lo invitó a realizar su conocida imitación de Elvis, llevándose los aplausos y la ovación del público asistente. Fue entonces que se despertó su vocación por la actuación musical.

Adolescencia

A los 13 años abandonó sus recién iniciados estudios secundarios y comenzó a trabajar para ayudar a sus padres, de repartidor de una carnicería, trabajador a destajo de una farmacia (droguería) y tornero. En sus tiempos libres, se dedicó a la música. Sus primeros aprendizajes se los debe a un amigo guitarrista llamado Enrique Irigoytía. Ambos formaron un dúo de voces y guitarras.
Comenzaron a participar en concursos de canto en los suburbios del sur del Gran Buenos Aires, en los que el joven Roberto Sánchez hacía una versión del bolero Quién será del compositor Pablo Beltrán Ruíz. Inmediatamente lograron un gran reconocimiento y comenzaron a formar varios conjuntos.
Del variado repertorio, Sánchez se encargaba de cantar los boleros, tangos y algo de rock and roll, mientras que Irigoytía cantaba las canciones litoraleñas y también rock. Algunos de los nombres de esas primeras bandas fueron El Trío Azul, integrado por Roberto Sánchez, Enrique Irigoytía y Agustín Mónaco y el dúo Los Caribes, con su amigo Enrique Irigoytía.
El propio Sandro reflexionaba años después sobre su inicio en la música:
Yo me nutrí con el rock. Gracias al rock dejé las calles, las navajas y las cadenas, y agarré una guitarra. Dejé la campera de cuero y las pandillas. El rock me salvó. Me salvó de que fuera quizás un delincuente.
A comienzos de los años sesenta, Roberto Sánchez adoptó el nombre artístico de Sandro, el nombre que le habían querido poner sus padres y las autoridades no permitieron. Su primera actuación con ese nombre fue en un local llamado Recreo Andrés.

 Sandro y Los de Fuego: pionero del rock argentino

Sandro y Los de Fuego, 1963. Fue uno de los primeros en comenzar a cantar las canciones de rock internacional en castellano
En 1960, en sus primeros intentos como solista, adoptó el seudónimo de Sandro, y al poco tiempo, formó el grupo Los Caniches de Oklahoma y grabó su primer sencillo, un rock en castellano de su autoría, "Comiendo rosquitas calientes en el Puente Alsina", una de las candidatas a ser considerada la primera canción grabada de rock argentino.
Los integrantes del grupo eran: Héctor Centurión (voz y bajo); Carlos Ojeda (piano y percusión); Armando Cacho Quiroga (batería); Sandro (primera guitarra); y Miguel Lito Vázquez (guitarra rítmica). En 1961 cambiaron de nombre por Los de Fuego. Al principio, el cantante del grupo fue Centurión, mientras que Sandro era la guitarra líder y la segunda voz y hacía los coros. A fines de 1962 Centurión perdió la voz, siendo reemplazado por Sandro, quien poco a poco se dedicó exclusivamente a su rol de cantante líder. En 1963 comenzaron a llamarse Sandro y Los de Fuego, con la siguiente formación: Héctor Centurión (bajo); Enrique Irigoytía (guitarra rítmica); Armando Cacho Quiroga (batería); Sandro (voz) y Juan José Sandri (guitarra).
Por entonces el rock and roll ya estaba instalado en Argentina, desde al menos cinco años atrás. A los primeros ídolos del rock, como Elvis Presley, Little Richard y Bill Haley, se habían sumado artistas y bandas de rock latinas que cantaban en castellano, como Los Cinco Latinos y Luis Aguilé (en la Argentina), Ritchie Valens y La Bamba (en California), y Los Teen Tops, Los Blue Caps y Los Locos del Ritmo (en México) y decenas de otros. En esa década comenzaron a llegar también las bandas de la llamada invasión británica, entre las que se destacaban los Rolling Stones y sobre todo Los Beatles.
Los de Fuego comenzaron haciendo versiones de los temas clásicos del rock anglosajón, en idioma castellano de artistas y grupos como The Beatles, Elvis Presley, Rolling Stones, Jerry Lee Lewis, Paul Anka, etc.
El 13 de septiembre de 1963 grabó su primer disco, un simple para la filial argentina de CBS, pero sin el grupo Los de Fuego. En un lado estaba la versión en castellano de "¿A esto le llamas amor?" de Paul Anka y en el otro "Eres el demonio disfrazado" de Elvis Presley. En ese disco, el grupo que le acompañó es el de Milo (sobrenombre artístico de José Carlí) y su Conjunto. El disco no tuvo trascendencia.
Poco después publicó un segundo disco, un EP, con el título de Presentando a Sandro, que incluía "Bésame pronto" (Elvis), "Choza de azúcar" (de Jimmy Gilmer & The Fireballs), nuevamente "¿A esto le llamas amor?" y el novedoso "Polka Rock" (de Alejandro Chamica).
El 28 de febrero de 1964 Sandro convenció a CBS y logró grabar el primer tema con Los de Fuego, una versión en castellano del famoso "Hay mucha agitación" (Whole Lotta Shakin' Goin' On de Jerry Lee Lewis). El tema fue lanzado en un EP llamado Al Calor de Sandro y los de Fuego, junto con "Las noches largas" (de Adriano Celentano), "Twist de Mamá Gansa" (de Teddy Randazzo) y el tradicional folk "Viajero solitario".
A mediados de 1964 Sandro y Los de Fuego comenzaron a realizar una serie de actuaciones en la televisión de Argentina, su debut fue en "Aquí la Juventud", y luego se lo llevaron al programa Sábados Circulares de Pipo Mancera, que terminaron impulsándolo a la popularidad. Sandro se vestía y se movía «a lo Elvis» y esos movimientos escénicos levantaron todo tipo de polémica. Fue llamado entonces «el Elvis criollo» o «el Elvis latino». Terminaba su espectáculo después de saltar de un lado hacia el otro y tirándose por el suelo sobre sus rodillas. Sandro hacía que sus seguidores imitaran sus movimientos frenéticos, y sobre todo que sus seguidoras, gritaran, lloraran y se desmayaran.
Las presentaciones de Sandro provocaron la reacción de algunos influyentes grupos fundamentalistas católicos que lograron excluir a la banda de la televisión durante algunas semanas. Pero Mancera enfrentó la informal censura, amenazando con su renuncia, y la misma fue levantada. Aquellas presentaciones de Sandro y Los de Fuego en Sábados Circulares se encuentran registradas en blanco y negro, y han sido publicadas en varios videos, siendo la primera película en la que el artista aparece, Convención de Vagabundos de 1965, en un rol secundario.
A principios de 1965 apareció Sandro y los de Fuego, el primer álbum de Sandro, incluyendo versiones de Los Beatles ("Te conseguiré", "Anochecer de un día agitado"), Jerry Lee Lewis ("Hay mucha agitación"), Buddy Holly ("Peggy, Peggy"), Elvis ("En mi mente"), etc.
El segundo álbum salió el mismo año, Al calor de Sandro y Los de Fuego, reiterando la línea de realizar covers de temas exitosos del rock anglosajón ("La casa del sol naciente", "Boleto para pasear", "Es una mujer", "Perseguiré al sol").
Antes de finalizar 1965 se disolvieron Los de Fuego, y Sandro formó una nueva banda soporte, The Black Combo (homenaje a Bill Black, bajista de Elvis). El grupo estuvo integrado por músicos provenientes del jazz, como Negro Orlando (guitarra), Adalberto Cevasco (bajo), Fernando Bermúdez (batería), Bernardo Baraj (saxo) y Miguel Abramic (percusión).
Al comenzar 1966 Sandro lanzó su tercer álbum, El sorprendente mundo de Sandro (1966), que incluye temas interpretados con distintas bandas: con Los de Fuego en las últimas grabaciones realizadas en 1965, con los Black Combo y con la orquesta de Oscar Cardozo Ocampo. En este álbum aparecieron las primeras canciones de Sandro con Oscar Anderle, como "Solo sin ti". Incluye también una versión notable de "Melodía desencadenada" (Unchained Melody de Alex North).
A fines de 1966 salió su cuarto álbum, Alma y fuego, en donde ya comienza a notarse un cambio de orientación musical hacia ritmos más latinos. Nuevamente lo acompañan Oscar Cardozo Ocampo y The Black Combo. El disco fue editado también en los Estados Unidos, donde tuvo más éxito entre las comunidades latinas que el moderado que obtuvo en Argentina.El álbum incluye "Como caja de música" de la dupla Sandro-Anderle, donde ya puede notarse claramente el peculiar estilo de balada romántica proveniente del rock, desarrollada por la dupla y que haría famoso a Sandro.
A mediados de 1967 Sandro lanzó su último álbum de la etapa roquera, Beat Latino. Ya en el título del álbum se nota la decisión de dirigirse musicalmente hacia una fusión de los nuevos ritmos provenientes del rock and roll con los nuevos ritmos y estilos latinos, especialmente la balada romántica, con el fin de desarrollar una música moderna y juvenil pero también de fuerte arraigo popular. El álbum tiene cinco temas con The Black Combo, tres con Oscar Cardozo Ocampo y cuatro con Jorge López Ruiz, con lo que comienza a interpretar temas arreglados y dirigidos por este indiscutido músico argentino, en sus inicios bajista, que se convierte en el director y arreglador musical de los grandes éxitos de Sandro, con orquesta y coros que hasta el día de hoy asombran por su armonía musical. El disco incluye un tema de Luis Aguilé ("Miguel e Isabel") y el éxito "Ave de paso" de Sandro-Anderle, así como "Con los ojos del recuerdo", de la misma dupla.
Con el dinero que comenzó a ganar con sus presentaciones y discos, Sandro alquiló en 1966, junto con otros rockeros argentinos, el local La Cueva, en la calle Pueyrredón 1723 de Buenos Aires, para formar un centro de reunión y difusión del rock argentino. La Cueva contrató a Litto Nebbia y Los Gatos como banda permanente del local, banda que poco después (1967) grabaría el tema "La balsa", dando origen a lo que ha dado en llamarse "rock nacional" argentino.
En la segunda mitad de la década Sandro cambió la chaqueta de cuero por el smoking y la corbata, los jeans por los pantalones acampanados, pero conservando el pelo largo revuelto y la patillas largas y los movimientos convulsivos a lo Elvis, que profundizó desarrollando un estilo propio que terminó siendo su marca personal.

El ídolo masivo: balada latina, desenfreno y público femenino

Sandro.
A fines de la década del 60 Sandro empezó a cambiar radicalmente su estilo, abandonando el rock and roll clásico en castellano, para diseñar un repertorio más popular, siendo uno de los pioneros de la balada romántica latinoamericana, derivada del bolero, que se convertiría en el género pop latino por excelencia en la siguientes décadas. Sandro le aportó temáticas, poses y ritmos extraídos del rock and roll, que la hicieron provocativa y atractiva para los jóvenes de los sectores más populares de las comunidades latinas de América, y muy especialmente para las mujeres.
Una parte esencial de su estilo fue la adopción de una pose de seducción sexual abierta, que Sandro dirigió hacia las mujeres, expresándolo en sus letras y ritmos, pero sobre todo en su voz y movimientos, obviamente derivado de Elvis Presley, pero que alcanzó una plena identidad personal. Este estilo sexual irreverente tuvo un efecto arrasador sobre las jóvenes latinoamericanas (donde curiosamente más incidencia tenía la prédica sexualmente restrictiva de la Iglesia Católica). Las fanáticas de Sandro (sus «nenas») llegaron a ser tan importantes como él mismo, devolviendo en sus presentaciones un clima de desenfreno y sexualidad, entre las que se volvió un clásico arrojar al escenario su ropa interior. Para la época, el mensaje de Sandro resultaba un revulsivo radical contra las normas morales establecidas sobre la virginidad de las mujeres y las relaciones prematrimoniales, férreamente establecidas en toda América Latina.
Cuando hago los movimientos sensuales en el escenario siento que abajo, en la platea, deben de haber 450.000 ratones corriendo carreras. ¿Qué miran esas chicas? ¿Qué necesidades tienen? ¿Qué vacíos? Me intrigan.Sandro (en el año 2006)
Una fan chilena describe de este modo ese sentimiento:
Dudo que exista un hombre más sexy que Sandro, el Gitano. Es sensualidad bruta, animalidad pura, mirada de macho, manos de seductor y caderas que estremecen de pensamientos lujuriosos a cualquier mujer que se detenga un instante a escucharlo y admirarlo.

Una seguidora chilena
A comienzos de 1967 Sandro hizo su segunda aparición en cine pero fue a fines de ese año cuando comenzó la seguidilla que hizo estallar la balada romántica en el gusto popular del continente.
Todo comenzó en octubre con su presentación en el Festival Buenos Aires de la Canción cantando la balada "Quiero llenarme de ti", que le valió ganar el festival y volverse enormemente popular de la noche a la mañana. El éxito se consolidó con el lanzamiento inmediato del sencillo "Quiero llenarme de ti", que rompió récords de ventas y se publicó en varios países de habla hispana y comunidades latinas de EE. UU., marcando el inicio de su carrera artística internacional.
El éxito enmarcó el lanzamiento de su sexto álbum, antes de que terminara 1967, que también tomó el nombre de Quiero llenarme de ti. El título con el que había sido pensado inicialmente, Vibración y ritmo quedó como subtítulo del nuevo trabajo. El disco incluye éxitos como "Atmósfera pesada", "Después de la guerra", "Creyente soñador" y "Las manos", y la orquesta que lo acompaña fue la de Jorge López Ruiz, quién seguiría haciéndolo en los siguientes.
El primer trimestre de 1968 terminó de consolidar a Sandro en una continuidad exitosa, lanzando un simple por mes, todos éxitos: "Porque yo te amo", "Como lo hice yo" y "Una muchacha y una guitarra" (años después lo grabaría Bersuit Vergarabat), entre otros.
Entretanto, en febrero de 1968, Sandro se presentó en el Festival de Viña del Mar (Chile), donde volvió a ganar, repitiéndose el furor popular, especialmente femenino, desatado en el festival de Buenos Aires. Viña, un festival clave de la música continental, le abrió las puertas de los países latinos: Venezuela, Colombia, Perú, Uruguay, Paraguay, Ecuador, México, Puerto Rico, Costa Rica y República Dominicana. Su éxito se extendió a las comunidades latinas de EE. UU.
El éxito fue sellado con el lanzamiento en toda América de su séptimo álbum, Una muchacha y una guitarra.
Un nuevo salto se produjo a fines de ese año de 1968, cuando lanzó su octavo álbum, el más exitoso de su carrera: La magia de Sandro. Con éxitos como: "Penas", "Penumbras", "Así", "Tengo", "Por tu amor", "Paris ante ti", "Por algún camino", "Lluvia de Rosas", "Yuma yoe", "Me amas y me dejas" y "La juventud se va". En este álbum el dúo Sandro-Anderle (todos los temas les pertenecen) ya ha definido las características de la balada romántica que buscaban, matizándola con algunos temas de ritmo más marcado y aire rocanrolero. Los principales temas son "Penumbras", "Por tu amor", "Así" y "Tengo". Este último ha sido considerado en 2002 por la cadena MTV y la revista Rolling Stone, como el n.º 15 de los 100 mejores temas del rock argentino.
Notablemente, el mundo del naciente rock nacional argentino, que, entre otras variantes, experimentaba la fusión de rock and roll con formas de pop y folclore latino, con el fin de ganar masividad y un sonido diferencial del rock internacional, y también orientaban gran parte de sus letras contra la moral sexual tradicional católica, rechazó a Sandro sin contemplaciones, con el argumento descalificador de que se trataba de «música grasa» («grasa» es un término utilizado por las clases medias y altas de la Argentina, para denominar despectivamente a la clase obrera y los gustos populares). Habría que esperar dos décadas para que se iniciara una revalorización general de Sandro por parte del rock nacional.
El 68 terminaba con las provocativas baladas de Sandro haciendo furor entre la juventud latinoamericana. Simultáneamente, ese año Europa había sido sorprendida por el Mayo francés y los Estados Unidos vivían el movimiento hippie y la contracultura roquera en contra de la Guerra de Vietnam, movimientos que habían estallado el año anterior en el llamado Verano del amor. En América Latina, el asesinato del Che Guevara y la derrota de su movimiento guerrillero en Bolivia el año anterior anticipaban una era de dictaduras que abarcarían todo el continente generalizando el terrorismo de estado, durante las siguientes dos décadas.

 Los años setenta: Sandro de América

Sandro en la película Gitano (1970).
En los siguientes doce años (1969-1980) Sandro realizó 12 películas y otros tantos álbumes. Ese 1969 publicó dos álbumes (Sandro de América y Sandro) y realizó sus primeras dos películas como protagonista absoluto (Quiero llenarme de ti y La vida continúa ). De sus grandes éxitos aparecieron "Rosa, Rosa", "Guitarras al viento", "Hasta aquí llegó mi amor", "Por eso bebo", "Cuando existe tanto amor", entre otras. De entonces son sus obras más famosas: Rosa, Rosa (la más vendida de su carrera) en primer lugar y Trigal, en el segundo. El 2 de agosto recibió en Nueva York un disco de oro por haber sido el artista latinoamericano con mayor cantidad de discos vendidos en los EE.UU.
Simultáneamente con el estallido de su popularidad, aceptó el apodo de Gitano, que eligió para él un productor, en reconocimiento de sus supuestos ancestros gitanos y, en especial, a su abuelo paterno, un húngaro que se cree perteneció al pueblo Rom que terminó radicándose en la Argentina. El tema de su apodo ha despertado varias controversias. Hay quienes sostienen que el mismo fue simplemente un producto del márketing, ya que no es seguro que Sandro tuviera ascendencia gitana.
En 1970 estrenó dos películas más, Gitano(donde representa del papel de un gitano latinoamericano llamado Roberto Vega acusado de un crimen que no cometió) y Muchacho,así como el álbum de esta última película.
A comienzos de ese año, el 11 de abril de 1970, se convirtió en el primer artista latino en actuar y llenar el famoso estadio del Madison Square Garden, en Nueva York, actuando en vivo en dos recitales, frente a más de 50.000 espectadores, en lo que también fue la primera transmisión vía satélite de un cantante en la historia de la televisión mundial.
Llevó su espectáculo musical a todos los países de las Américas y el Caribe, incluyendo EE.UU. y Canadá, alcanzando los primeros lugares de todas las listas de la canción popular latinoamericana.
La canción Porque yo te amo (1968), se convirtió en su carta de presentación mundial: «Por ese palpitar, que tiene tu mirar».
Con una fama que se extendió por todo el mundo, se convirtió en ídolo y representante del continente, comenzando a ser conocido con el nombre de su noveno álbum, Sandro de América, en tanto que la grabadora CBS lo consideró el n.º 1 de la región. Por ese entonces, Sandro junto a otros compatriotas, como Leo Dan, Palito Ortega, Leonardo Favio, Piero y Luis Aguilé y cantantes iberoamericanos como el castellano Nino Bravo y el portorriqueño José Feliciano, consagraron la balada romántica como máximo género musical de América Latina (íntimamente vinculada a su vez a la telenovela como género televisivo). De todos ellos, Sandro fue el baladista más rockero de todos.
En el año 1971 comenzó convocando a 60.000 personas en Buenos Aires en el estadio de San Lorenzo durante los carnavales.
Ese año lanzó el álbum Sandro Espectacular (que incluye "Dame el fuego de tu amor"). Y actuó como protagonista en dos películas, Embrujo de amor (junto a la actriz castellanoa Carmen Sevilla) y Siempre te amaré realizando también la música del film ¡Arriba juventud! Ese año fue premiado en Francia en el Festival Internacional de Cantantes Galos y luego fue invitado a cantar en el Festival de la Canción de San Remo (Italia), actuación que repetiría al año siguiente.
En 1972 fue el primer artista en cantar en el Luna Park de Buenos Aires, hasta entonces un ámbito exclusivamente boxístico, con un amplio éxito. En EE.UU. recibió el premio Grand Ball al cantante del año, y las llaves de la ciudad de Miami. Lanzó un álbum de estudio nuevo (Te espero...). También se estrenó ese año su octava película, Destino de un capricho, en el que interpreta el papel de Daniel. Sandro llenó el estadio Maracaná en Brasil.
En 1973 Sandro celebró los diez años desde su primera grabación, lanzando un álbum titulado Sandro: Después de 10 años, en el que se incluye el tema Mi amigo el puma, y estrenó su novena película, El deseo de vivir.
En los años restantes de la década del 70 editó seis álbumes (entre ellos Sandro... siempre Sandro, Tu me enloqueces y Sandro...un ídolo) y tres películas más: Operación Rosa Rosa (1974), Tú me enloqueces (1976) y Subí que te llevo (1980). En 1978 volvió a cantar en Argentina luego de cinco años sin hacerlo, con un recital a beneficio en el Teatro Ópera de Buenos Aires, transmitido en directo por el Canal 13. También tuvo su propio programa de televisión en Argentina, un show musical titulado "La Hora de Sandro" que se transmitía todos los sábados.
En 1981 fue a Venezuela, donde su canción Cuando yo te amo, era el tema musical de la telenovela De su misma sangre, que lo tuvo como actor y cantante invitado, y que fue un éxito en sintonía en la América Latina y en las comunidades latinas de los Estados Unidos.
Ese mismo año Sandro y Oscar Anderle se separaron, luego de 15 años de trabajar juntos. Sandro se dedicó entonces a buscar un nuevo sonido que le permitiera renovarse sin perder identidad y para ello, se asoció con Rubén Aguilera. El resultado fue la grabación en 1984 del álbum Vengo a ocupar mi lugar. Al lanzamiento del disco siguieron más de ciento diez recitales a lo largo de la Argentina. En esa década de 1980 también protagonizó varias telenovelas. La más recordada es la puertorriqueña Fue sin querer, popular en Puerto Rico aún muchos años después de su transmisión. En ella participó junto a su gran amigo Dharío Primero, cantante dominicano.

 El fenómeno Sandro: homenajes

Desde fines de los años ochenta, con el surgimiento del «rock latino», algunos roqueros argentinos comenzaron a revalorizar la obra de Sandro, su masividad popular sobre todo entre las jóvenes de los sectores más humildes, su peculiar manera de fusionar elementos del rock y la balada romántica latinoamericana, y sus temáticas y estilo provocativo y renovador, sobre todo en materia de las costumbres sexuales.
En 1990 condujo un programa musical por el Canal 13 de Buenos Aires, titulado "Querido Sandro", que ganó ese año el Premio Martín Fierro al mejor programa musical de televisión.
Durante la década de los ´90 artistas argentinos y de Latinoamérica le rindieron tributo lanzando un CD homenaje al «padre del rock en castellano». Ese mismo año, Charly García y Pedro Aznar lo invitaron a cantar en su álbum "Tango 4", donde interpretó un clásico de los orígenes del rock rioplatense, "Rompan todo", de la banda uruguaya Los Shakers.
En 1993 regresó a los escenarios con un recital llamado Treinta años de magia realizado en el teatro Gran Rex de Buenos Aires. La afluencia de público lo llevó a realizar 18 presentaciones, superando el récord de 13 actuaciones para ese tradicional teatro que tenía la banda Soda Stereo, y reuniendo a 60.000 personas. Ese mismo año, la telenovela venezolana El destino, fue presentada con una versión de Sandro y Olga Guillot del bolero "Arráncame la vida", de Chico Novarro, convirtiéndose en un éxito. A fin de año recibió el Premio ACE de Oro de la Asociación de Cronistas del Espectáculo de Nueva York.n 1996, en medio de rumores sobre su salud, estrenó en Rosario —ciudad a la que denominaba "su novia"— el recital Historia viva, que intencionalmente comenzaba con “Como la cigarra” de María Elena Walsh, con el fin de destacar el mensaje de la canción: "Tantas veces me mataron, tantas veces me morí, sin embargo estoy aquí, resucitando...". El espectáculo dio origen al álbum Historia viva.
En 1998 presentó un nuevo espectáculo, “Gracias... 35 años de amores y pasiones”, que incluía un homenaje al cantor de tangos Alberto Morán, cantando el tango “Pasional”, y a Miguel de Molina, cantando “Te lo juro yo”.Simultáneamente, le rindieron un homenaje grupos y cantantes de rock, entre ellos, Bersuit Vergarabat, León Gieco, Molotov, Attaque 77, Los Fabulosos Cadillacs, Divididos, Aterciopelados, entre otros, en el CD que se tituló: Tributo a Sandro, un disco de rock.
En 1999, y por su destacada trayectoria musical, le fue otorgado el Premio Carlos Gardel de Oro, en la primera edición del premio.
El 2004 el reconocido baladista dominicano Dharío Primero lanzó el álbum De: Dharío Primero Al: legendario Sandro de América... Tributo, con 14 temas y un popurrí de más de 10 canciones. Dharío ha dicho ser su sueño hecho realidad y que ya podría morir tranquilo, porque ha hecho este homenaje en vida a quien admira y respeta como su ídolo, Sandro.
En noviembre de 2005, consiguió el Premio Konex de Platino al mejor solista masculino de pop/balada de la década, ex aequo con Diego Torres y, en Los Ángeles, le hicieron un homenaje y le otorgaron el Premio Grammy Latino por su excelencia musical como cantautor y actor y por su trayectoria artística.
Con más de 60 años, y pese a algunos inconvenientes de salud, el ídolo mantenía a sus fieles seguidoras, que no dudaban en montar guardia en su casa en Buenos Aires durante su cumpleaños o cuando anunciaba su regreso con presentaciones en vivo.
En 2007 trabajó con Ricardo Arjona en el nuevo disco de éste: Quién dijo ayer, en la canción Realmente no estoy tan solo, que canta con el mismo Arjona.
En 2009 el baladista venezolano "El Puma" José Luis Rodríguez decidió celebrar sus 40 años en la música grabando un disco homenaje a Sandro, el cual incluye nueve de las canciones más reconocidas del artista argentino, así como una inédita, titulada Gitano. Incluye clásicos como "Rosa, Rosa" y el tema "Mi amigo el Puma", que se lo dedicó Sandro a José Luis. Así como también el baladista argentino-venezolano Ricardo Montaner, como Sandro, oriundo de Valentín Alsina, grabó un álbum de "las mejores canciones del mundo" y en tributo a él cantó "Penumbras", ya que Sandro era el ídolo de su abuelo y su abuela, y siempre llevaban uno de sus discos y la guitarra debajo del brazo, y Sandro es, al decir de Montaner, su ídolo.

Las "nenas" de Sandro

Uno de los fenómenos más notables de la carrera de Sandro fue la permanencia en el tiempo de la fidelidad y la pasión de sus fans. Mayoritariamente se trata de mujeres latinoamericanas, en todos los países, que eran adolescentes a comienzos de los años setenta y que nunca dejaron de seguir a Sandro y, lo que es más notable, nunca dejaron de cumplir con los ritos sensuales que lo hicieron famoso, como el frenetismo y sobre todo, el ofrecimiento de sus bombachas (pantys). En la primera década del siglo XXI, esas fans ya son mujeres mayores, muchas de ellas ancianas, que seguían peregrinando a la casa de su ídolo en Banfield y asistiendo a sus conciertos, con la misma actitud que tenían cuando lo descubrieron de adolescentes.
El siguiente testimonio, sobre una de esas fans, es demostrativo del alcance de este fenómeno, casi sin parangón:
Hace como 15 años, ante la inminente partida hacia el más allá de una de mis tías favoritas, consideré una buena despedida que ella y sus hermanas fueran a ver un recital de Sandro... Al rato se empezaron a apagar las luces y la tía gritaba: «¡Ahí viene el frenético, ahí viene el frenético!»... Era el cantante vestido de negro, con una rosa roja en una mano y un micrófono en la otra. El teatro empezó a temblar. Pensé que era un terremoto. No, eran las «chicas» liberando endorfinas. En las baladas, más o menos contenidas... pero cuando arrancaba con las canciones que tenían ritmo, ninguna se quedaba en su sitio, ni la peluca de la tía que quedó con la raya en la nuca. Y a ella no le molestaba. Al principio intentaba acomodarla, después dejé que disfrutara. Después de un par de horas nos retiramos. La sonrisa de la tía me animó, le conseguí una foto con la firma del cantante... Al regreso colocó la foto en una especie de altar y le encendió una vela. Pasado más o menos un mes, entró al quirófano a operarse con la foto de Sandro en una mano. Según ella, la fuerza del Gitano la iba a salvar. Yo creo que fueron sus ganas de vivir.

La salud de Sandro

En 1998 se supo que Sandro padecía una grave enfermedad ocasionada por décadas de adicción al tabaco: enfisema pulmonar crónico, la que lo llevó a alejarse de los escenarios. Pero la dedicación del ídolo para con su público, hizo que en el año 2001 presentara uno de sus mejores espectáculos: "El hombre de la rosa", que fue posible gracias a que junto al micrófono llevaba conectada una asistencia de oxígeno. De esta manera pudo realizar en 2004 otra gira nacional, "La profecía". Luego, su enfermedad fue avanzando hasta el punto que la falta de oxígeno le dificultaba su vida diaria, siéndole diagnosticado como única solución un trasplante de pulmón y corazón, por lo que fue puesto en lista de espera.
El 20 de noviembre de 2009, luego de 8 meses de internación, se le practicó en el Hospital Italiano de la ciudad de Mendoza, Argentina, un doble trasplante de corazón y de pulmones. (El donante resultó ser un joven de 22 años de edad). La operación concluyó en forma exitosa, pero los médicos pidieron cautela durante el postoperatorio. El "Gitano" siguió evolucionando favorablemente superando las expectativas esperadas por sus médicos, y los mismos dieron a conocer que su perspectiva de vida podría ser de 10 o más años. Así también reafirmó el equipo médico que su evolución sería lenta y que podría ser factible (como es común en casos de trasplantes con características tan especiales) que se manifestara algún tipo de complicación durante su convalecencia.
Tal cual fue afirmado —en reiterados partes médicos — por los profesionales que intervinieron a Roberto Sánchez, aparecieron algunas complicaciones delicadas durante el proceso de adaptación a los implantes y a la progresiva recuperación general que debía evidenciar en los días siguientes al de la operación; complicaciones que se fueron solucionando hasta llegado el día 12 de diciembre, en que se le hubo de realizar una nueva intervención quirúrgica, producto de una perforación en uno de los pulmones trasplantados, que probablemente guardaría relación con una bacteria que aún no se ha podido combatir y que Sandro ya la portaba antes de la complicada intervención del doble trasplante cardiopulmonar.
Lo cierto es que a horas de la media tarde del día de esta nueva intervención quirúrgica, el ídolo, se encontraba atravesando el peor de los momentos, habiendo vuelto a ingresar en sala de terapia intensiva, y con un informe médico de complicada gravedad que anunciaba que el estado del popular cantautor sería crítico. Sus fans habían organizado, para entonces, numerosas cadenas de oración para rogar por la salud del astro en todo el país.
A mediados de diciembre de 2009, los médicos cardiocirujanos Claudio Burgos y Guillermo Borgman (los doctores de Sandro) le diagnosticaron una neumonía debido al germen hospitalario que tenía, y que sufría pequeños picos de fiebre por la noche, lo que los médicos aseguraron que era algo normal y síntoma de su recuperación, que según dicen, iba a ser lenta. Días después, se recibió la noticia de que el cantante se recuperaba favorablemente sin fiebre, basándose principalmente en la recuperación muscular. Además, comenzaba a ingerir alimentos sólidos. El parte médico aseguró que tenían controlado la bacteria que portaba, y celebró navidad con su esposa Olga, comiendo alimentos blandos.

Muerte y repercusiones

A pesar de los esfuerzos de los facultativos, Sandro no pudo superar el progreso de su sepsis generalizada. Roberto Sánchez falleció en el Hospital Italiano de Mendoza por un "shock séptico", según informó Claudio Burgos, jefe del equipo que lo operó. Su deceso se produjo a las 20.40 hs del 4 de enero de 2010. El paciente había afrontado cinco intervenciones luego del transplante cardiopulmonar (dos de ellas efectuadas el mismo día de su muerte) y había luchado por su vida durante 45 días. Inmediatamente, la noticia repercutió en todos los medios argentinos y en redes sociales.Los importantes diarios estadounidenses The New York Times y The Washington Post publicaron en tapa de sus ediciones electronicas del 5 de enero de 2010 la noticia de la muerte del cantante titulando textualmente: "Muere a los 64 años el cantante Sandro, el Elvis argentino". De manera similar lo hizo la BBC inglesa. El mismo día posterior a su muerte, la conocida ex actriz y conductora televisiva argentina Mirtha Legrand declaró ante el periodista Eduardo Feinmann en el canal C5N que la muerte de Sandro "sólo puede compararse, en importancia, con la de Carlos Gardel".
El 5 de enero, desde la mañana se formaron por varias cuadras grandes filas de personas que esperaban para darle el último adiós al popular cantante en el Salón de los Pasos Perdidos, en el Congreso de la Nación Argentina, donde tres meses antes habían velado a la cantante Mercedes Sosa. El público, que abarcó desde jóvenes hasta ancianos, le dio el adiós desde las 13 hs. Sin embargo, la familia de Roberto decidió no permitir la entrada de la prensa al relevante salón, donde se encontraban los restos de Sandro a cajón abierto, lo que se prolongó durante toda la madrugada del 6 de enero, mismo día en el que fue inhumado en un cementerio privado de la localidad de Burzaco. Más de 50 mil personas lo despidieron en el Congreso,llegándose a formar más de 13 cuadras de fila. Más de 100 mil personas acompañaron su cortejo fúnebre.


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